27 de febrero de 2009

Experiencia de Patricia Caviezel


Era un día frío de invierno cuando José Colacilli, presidente del directorio de HPHA, y yo, como secretaria, emprendimos un viaje a Santa Fe con una misión muy importante. Fuimos a firmar las escrituras e hipotecas de nueve familias Hábitat de Santa Fe y Recreo.

Mientras viajábamos, me preguntaba qué estarían pensando las familias, qué sentimientos tendrían acerca de ser propietarios de una vivienda. Pasamos por villas miserias, una detrás de la otra, y deseaba poder ayudar a toda esa gente también. Pasamos por viviendas blancas y prolijas, las cuales deben ser parte de un plan de viviendas. Hábitat no es la única organización que ayuda a acceder a viviendas dignas a las personas.

Cuando llegamos a la oficina nueva y radiante de Hábitat Santa Fe, nos recibió Mariano Moreno, gerente de la oficina de Santa Fe, y las familias que aguardaban ansiosamente el papel que los haría propietarios oficiales de sus nuevos hogares. Las familias participaron en diferentes programas: en el Proyecto Piloto, las familias Oyola y Socías, en el Proyecto Crecer, las familias Correa, Toranzo, Corrales, Ayala y Vazquez, en el Proyecto Levantémonos y Construyamos, las familias Santiyú, Chocala y Ramírez Junges.

Mariano Colombo tomó fotografías de este momento mientras nos estábamos organizando y José dijo unas pocas palabras acerca de la importancia de este día. La escribana, Claudia Culzoni, ya se encontraba en el lugar con las escrituras prolijamente guardadas en su maletín. Luego, cada familia ingresó de a una a la oficina para firmar la escritura. Claudia explicó el contenido del contrato hoja por hoja a cada persona presente. Preguntó si existían dudas y les entregó una lapicera para firmar. La oficina estaba llena de emociones de felicidad, responsabilidad, preocupación, nerviosismo, alivio, orgullo, éxito y esperanza. Espero que éste sea el primer día de la mejor parte de sus vidas. José y yo nos estrechamos la mano con todos y luego les dimos un beso y felicitamos a estas personas que trabajaron tan duro para convertir su sueño en realidad, que deseaban tener su propio hogar y lo consiguieron con una pequeña ayuda de sus amigos.

José y yo nos tuvimos que volver de inmediato a Buenos Aires para llegar antes de que oscurezca. Tuvimos que rechazar la invitación de Mariano para visitar Recreo; sin embargo, pudimos ver un mapa de ese barrio. Hay viviendas que Hábitat ayudó a construir en toda una manzana, y en parte de otras dos manzanas. No podía dejar de pensar en la primera vivienda que las familias construyeron en Luján en 2003. Fue una lucha, pero hemos aprendido mucho desde entonces. Ahora puedo sonreír, ya que en este año realmente podemos decir que estamos cambiando la cara de una ciudad, pero todos sabemos que éste es sólo el comienzo.

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