14 de noviembre de 2012

El comienzo de una nueva etapa


El proyecto Reciclando Hogares Urbanos de La Boca comenzó con la etapa social, a través del trabajo en asociación y la realización de una serie de talleres para las familias del barrio. En esta instancia, se espera profundizar el vínculo con los vecinos del barrio donde se ha iniciado la obra del edificio ubicado en Hernandarias 674.

Un equipo de trabajo conformado por el Referente Local del proyecto, Alejandro Fernández, y la voluntaria Dietlinde Wouters, está llevando a cabo el programa de talleres sobre Desarrollo Humano para las familias del barrio. Esta acción, que se realiza en asociación con la Fundación Forge, tiene por objetivo detectar desde el punto de vista de los vecinos los problemas fundamentales que afectan al barrio de La Boca en materia habitacional.



Un promedio de diez familias han participado a lo largo de las diferentes instancias de este primer programa compuesto por talleres en los que se abordaron temas como vivienda y comunidad, economía familiar y alquileres tutelados. 

A partir del gran inicio de esta etapa social, se pretende alcanzar la formalización de las asociaciones estratégicas y la identificación de las familias que participarán en el proyecto, además de organizar y fijar la estrategia de Desarrollo Comunitario para implementar a lo largo del primer semestre del año próximo.

Campaña "La Niñez Empieza En Casa"


Hábitat para la Humanidad Argentina (HPHA) continúa con la campaña de recaudación de fondos “La Niñez Empieza En Casa”. Desde su lanzamiento, inicialmente entre argentinos en el exterior (AR$ 2.164) y luego a nivel local, se recaudaron 1.127 ladrillos, es decir, un total de AR$28.175.


Los niños y niñas no pueden alcanzar su máximo potencial sin la estabilidad y la seguridad de una vivienda en condiciones. Necesita un lugar en el que pueda crecer fuerte y sano, hacer su tarea, pasar tiempo con su familia y crear un espacio que pueda hacer el suyo.

¡Vos podes sumar el tuyo!

¡Es simple!

1 ladrillo = $25
2800 ladrillos = 1 vivienda adecuada

¡Ingresá a http://bit.ly/ladrillos y sumá tu ladrillo para que los niños de nuestro país puedan disfrutar de una infancia plena!

Paterson Habitat for Humanity


A finales de agosto, recibimos la visita de un equipo de amigos, el afiliado Paterson Habitat for Humanity que ha apoyado a nuestra programa durante los últimos cinco años con el diezmo de sus ingresos locales. Cumpliendo con un sueño de ambas organizaciones, un equipo de 14 voluntarios llegó a Buenos Aires para compartir una semana de construcción en La Matanza, Buenos Aires.  Como afiliado, antes del viaje, asumieron el compromiso de recaudar los fondos para financiar tres Casa Semilla, una de las cuales ayudaron a construir en su semana en Buenos Aires. Los líderes de equipo fueron Barbara Dunn, director ejecutivo de este afiliado, y Donna Brightman, presidente del consejo de directores.



Los voluntarios realizaron 490 horas de voluntariado en tareas diversas. En la Casa Semilla de Claudia (financiada por Paterson), el equipo realizó tareas en los cimientos, pisos, pasillo de ingreso; también levantó, preparó el encofrado, cavó pozos para caños de agua, dobló y cortó hierros para toda la estructura de la casa. En las viviendas de Antonia y Graciela, donde se realizaron mejoras, los voluntarios hicieron revoques en el comedor y en las habitaciones, además de preparar los pisos.





A su vez, el equipo recorrió el barrio de La Boca conociendo el proyecto Reciclando Hogares, y compartiendo experiencias parecidas en su ciudad.  Fue un verdadero lujo poder intercambiar lecciones aprendidas y anécdotas de ambas organizaciones hermanadas por el lazo fraternal del diezmo.

¡Muchas gracias Paterson Habitat for Humanity por su compromiso sostenido con HPHA!

Hacia un hábitat sustentable


Con motivo de celebrar el Día Mundial del Hábitat, el sábado 29 de septiembre, Hábitat para la Humanidad Argentina (HPHA) organizó en la Matanza una mesa de diálogo y reflexión sobre aprendizajes y aportes para alcanzar el hábitat sustentable.

Desde 1985, el primer lunes de octubre se celebra en todo el mundo el Día Mundial del Hábitat con el propósito de llamar la atención sobre esta necesidad desesperada de vivienda adecuada para todos. Sensibilizar, promover, defender e incidir son las premisas que orientan esta acción que no pretende otra cosa que lograr que la vivienda pueda convertirse en una realidad para todos.

Con este propósito, HPHA convocó a organizaciones de vivienda para compartir diferentes puntos de vista sobre una cuestión que en nuestro país hoy afecta a más de diez millones de personas. La mesa de diálogo se realizó en el barrio Un Techo para Todos, de Ciudad Evita, La Matanza, y participaron Fundación Sagrada Familia, Fundación Pro-Vivienda Social, TECHO, la Universidad Nacional General Sarmiento, la Unión Vecinal del barrio. A partir del relato de Rita Jiménez, miembro de la Unión Vecinal, cada representante de las organizaciones presentes hizo su aporte en términos de aprendizajes para alcanzar un hábitat, un barrio, sustentable.

La mesa de diálogo se realizó en la plaza del barrio
Un Techo para Todos.

Rita contó sobre muchas de las dificultades que se sufrieron cuando el barrio recién comenzaba y rescató la importancia del aporte de cada uno en este proceso, ya que “con distintas ideas, el barrio se fue organizando y es lo que pueden ver ahora”, dijo. Celeste Fisch, coordinadora técnica del área de proyectos de la Fundación Sagrada Familia, puso en la mesa de discusión el valor del trabajo conjunto y sostuvo que, a pesar de no estar acostumbrados, es necesario comprender que “temas complejos como el problema de la vivienda y del hábitat no se resuelven solos”.  Luego tomó la palabra Raúl Zavalía Lagos, Director Ejecturivo de Fundación Pro-Vivienda Social, e hizo un aporte complementando lo dicho por Fisch al sostener que “lo que se hizo y lo que falta en este barrio va a ser liderado por los propios vecinos; ellos saben cómo hacerlo, porque  desde los que viven el problema surge la solución”. Zavalía Lagos entiende también que el trabajo articulado es el motor para que los vecinos, miembros del lugar, avancen en la búsqueda de una solución.


Rita Jiménez, miembro de la Unión Vecinal.

Celeste Fisch, Fundación Sagrada Familia

Raúl Zavalía Lagos, Fundación Pro Vivienda Social.

Por eso mismo y siguiendo en la línea de la reflexión a lo largo del diálogo, Delfina Patterson, miembro del equipo de Hábitat de TECHO, reforzó la idea de que toda “la sociedad debe involucrarse de alguna manera”, algo en lo que todos los presentes coincidieron. Luego, hizo uso de la palabra Raúl Fernández Wagner, arquitecto, docente e investigador de la Universidad General Sarmiento, que entre otras cosas remarcó la importancia y necesidad de “pensar soluciones desde la producción social del hábitat, es decir, desde las formas de construcción de ciudad desde los propios vecinos y desde la incidencia en políticas que incidan en una aplicación práctica la facilitación del acceso al suelo”. Wagner estaba haciendo alusión, claro está, a la ley que en esos días había tomado relevancia en el recinto de diputados de la Provincia de Buenos Aires.

Delfina Patterson, TECHO.

Raúl Fernández Wagner, Universidad General Sarmiento.

Ariel Sosa, HPHA.

El último en hablar en la mesa fue Ariel Sosa, líder del proyecto Desarrollo de Barrios de HPHA, que habiendo escuchado los diferentes aportes,  destacó la necesidad de reforzar el trabajo articulado primero desde la comunidad con los vecinos, las organizaciones de la sociedad civil (OSC), el sector privado (empresas) y el Estado. Luego, expresó que desde las OSC se debe asumir el rol de facilitadores del liderazgo de las comunidades, “apoyando lo que ellas piensan, crean o deciden como soluciones a sus propios problemas” y, además agregó para concluir que es “importante que las OSC mantengamos una evaluación continua, mirar lo que hicimos y redefinir hacia dónde vamos, incorporando a la comunidad para planificar con ellos nuestras nuevas acciones”.

Finalmente, para cerrar la mesa de diálogo, los presentes firmaron una declaratoria como gesto de continuar trabajando para lograr espacios de articulación que sean capaces de ofrecer propuestas innovadoras en este camino hacia el hábitat sustentable.

La declaración firmada expresa lo siguiente:

Los hoy aquí presentes celebramos esta mesa de diálogo y reflexión con motivo del Día Mundial del Hábitat, y declaramos la necesidad de soluciones innovadoras y creativas frente la problemática habitacional de nuestro país.
Reconocemos avances, pero creemos que todavía hay mucho por hacer y para ello es necesario el compromiso de toda la sociedad.
Hoy es cuando queremos construir un mundo mejor donde todos tengan un lugar adecuado donde vivir.
Somos muchos los que estamos trabajando por esta causa.


Sobre el Día Mundial del Hábitat

En diciembre de 1985, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el primer lunes de octubre como el Día Mundial del Hábitat, que reconoce la necesidad básica de vivienda adecuada. Este año, el Día Mundial del Hábitat es el 1 de octubre. Hoy, más de 1,6 mil millones de personas viven en situaciones inadecuadas de vivienda. Si no se tomara acción alguna, se espera que en los próximos 30 años este número crezca a 2 mil millones de personas. El propósito del Día Mundial del Hábitat es llamar la atención sobre esta necesidad desesperada de vivienda adecuada para todos. Al sensibilizar, promover, defender e incidir sobre el derecho universal a la vivienda, queremos alterar los sistemas que impiden el acceso a la misma, para que la vivienda pueda convertirse en una realidad para todos.

Misión al Impenetrable chaqueño

Del 19 al 30 de septiembre, el equipo de voluntarios del proyecto Comunidades Remotas realizó el blanqueamiento de 26 viviendas en las localidades Juan José Castelli y Nueva Pompeya, localidades del Impenetrable chaqueño. Luego del diagnóstico realizado durante la misión de agosto, se tomó la decisión de blanquear viviendas con la intención de colaborar con la prevención del Mal de Chagas.

El equipo de voluntarios, conformado por Samuel Puricelli y Alejandra Dubos, de perfil técnico, y Lindsey y William Donoghue, de carácter social, realizó 14 blanqueamientos en Castelli y 12 en Nueva Pompeya. Para esto, se utilizaron equipos de pulverización a presión manual de una capacidad de entre 7,5 y 8 litros. En la localidad de Juan José Castelli, se blanquearon viviendas que estaban en los alrededores de la ciudad y en parajes, como Palo Flojal, cercanos al casco urbano.

Durante la estadía en Castelli, el equipo de voluntarios recibió el apoyo de Gustavo Gallinder, de la organización ASADECICH (link), para la logística y el contacto con los referentes de la zona. Una vez en Nueva Pompeya, el Municipio fue el que ofreció apoyo para los traslados y alojamiento del equipo, además de una provisión de cal viva.

Rancho antes del proceso de blanqueo.

Rancho después del proceso de blanqueo.

La mayoría de las intervenciones fueron en viviendas de paredes de “quincha”, es decir, de adobe y paja. Para el blanqueo interno se utilizaron plásticos para proteger las pertenencias de las familias.  Uno de los mayores obstáculos durante la misión fue la falta de agua, ya que era un elemento fundamental en la preparación de los blanqueamientos. “Se necesitaban entre diez y veinte litros de agua para blanquear una sola vivienda”, cuentan los voluntarios. En esa zona el agua escasea y por lo general está destinada al exclusivo consumo de la comunidad.

Si bien el blanqueamiento como solución habitacional ofrecida fue muy bien recibida por las familias, el contexto con el que se encontraron fue más complicado de los esperado. Cuenta Alejandra Dubos: “esperaba encontrarme con condiciones de vida difíciles pero no tal estado de abandono; en ese sentido, la realidad supero mis expectativas desgraciadamente”.

Equipo de Voluntarios preparando la cal.

Para Alejandra, como para el resto del equipo, la experiencia fue muy gratificante porque siempre es importante poder ayudar a personas que están tan aisladas y que viven en condiciones precarias como las familias de las localidades que visitaron. Sin embargo, queda mucho por hacer. Y por esta razón, y con el objetivo se continuar con el trabajo iniciado, el proyecto está convocando nuevamente voluntarios y voluntarias para una nueva misión que tendrá lugar entre el 3 al 12 de diciembre próximo.

Las personas interesadas pueden enviar su CV a voluntario@hpha.org.ar

Una experiencia transformadora


Las Brigadas, grupos de voluntarios que trabajan junto a familias en la construcción de sus casas, son una ayuda fundamental para las familias  que participan del proyecto Desarrollo de Barrios. Los voluntarios, tanto de empresas como los del programa Aldea Global que vienen de otros países, no sólo realizan un aporte sustantivo al proceso de autoconstrucción de las familias, porque posibilitan un ahorro económico en mano de obra y aceleran los tiempos de construcción, sino que además agregan valor al proyecto  ayudando a  tender puentes entre diferentes realidades y a construir esperanza en las vidas de éstas familias y de sus comunidades.

La experiencia de las Brigadas Corporativas en una jornada de construcción, genera en el voluntario un crecimiento personal  y una motivación que  transforma la mirada sobre sus propias labores y renueva el orgullo de ser parte de una  empresa que deja huellas positivas en la sociedad. En el caso de las Brigadas de Aldea Global, los voluntarios vienen de países lejanos buscando  contribuir con la misión de HPHA, ofreciendo diez días de su vida y sus recursos para cubrir absolutamente todos sus gastos y dejar una generosa donación. 

Esta actividad, en donde los voluntarios experimentan la alegría de dar, de recibir, y también de trabajar, es una acción que resulta tan transformadora para ellos, como para las familias. Entre todos se da un profundo intercambio cultural, en el cual se celebran las diferencias y similitudes, y también se genera un vínculo que trasciende fronteras e idiomas.

Marcelo Muñoz, voluntario de la empresa CISCO, cuenta que para él es muy satisfactorio ayudar de forma directa a una familia que se involucra junto a los voluntarios en las diferentes tareas de construcción. En el tiempo que dura la acción de la brigada, expresa Marcelo, “se establece un vínculo único y emocionante con la familia. El día parece no alcanzar y uno se va con las ganas de volver para terminar el trabajo y que la familia comience a vivir en una vivienda adecuada”.

Izquierda: Marcelo Muñoz preparando los cimientos.

Por su parte, Pablo y Johana, miembros de una de las familias beneficiarias del evento de construcción Semillas de Esperanza”, manifiestan lo que se vive desde el otro lado: “Esto no lo olvidás nunca; yo no  conozco a estos voluntarios y sin embargo estuvieron aquí ayudándonos”, dice Pablo, y Johana concluye: “Me demuestran la solidaridad que tienen con la gente, ¡que todo se puede! son gente que no nos conoce pero que están doblando fierros para que nosotros podamos tener nuestra casa y eso es como un sentimiento de emoción que te agarra porque nunca nadie te dio nada, nadie vino a decirme si necesitaba una casa y ellos por medio de HPHA me dieron una oportunidad”.

Derecha: Johana recorriendo la obra de su Casa Semilla.

¡Vos y tu empresa pueden sumarse a un día de construcción! Escribí a ddrr@hpha.org.ar o
llamá por teléfono a nuestra oficinas al 4760-5810 o 4859-0154.

Familias que construyen futuro


En los barrios Un Techo para Todos y 22 de Enero, de La Matanza, donde HPHA lleva a cabo el proyecto Desarrollo de Barrios, se realizó el evento de construcción Semillas de Esperanza. En desarrollo de las actividades correspondientes a los trabajos de construcción de los cimientos de tres Casa Semilla, y junto con brigadas de voluntarios de empresas que apoyaron esta iniciativa, las familias de Noelia, Johana y Sonia participaron de principio a fin. A lo largo de estas dos semanas, tuvimos la oportunidad de dialogar cada una de ellas. Sus testimonios se convierten en un precedente importante para la reconstrucción de la memoria de este valioso proceso en marcha que es la vivienda adecuada.

“Porque entre todos se hace mucho más”.
Noelia Fernández

Noelia es madre cabeza de familia, separada del padre de su hijo, de cinco años; trabaja en una empresa metalúrgica y desde hace tres vive en Un Techo Para Todos. Su testimonio, donde resalta el valor fundamental de la familia como eje del trabajo solidario, se establece como incentivo importante para otras familias que buscan obtener una vivienda adecuada. “Que mi hijo tenga su techo, que el día de mañana tenga su lugar, dejarle algo a él, más que nada siempre quise eso” – con estas palabras, Noelia, una mujer joven muy desenvuelta, deja claro cuáles son sus prioridades en la vida. Y es que al igual que otros padres y madres de familia del sector, Noelia afirma que el principal motivo que los ha conducido a luchar por la vivienda ha sido precisamente el proveer a sus hijos de un lugar mejor para vivir.
Actualmente, Noelia vive con su hijo frente a la casa de sus padres, una de las familias fundadoras del barrio, quienes se constituyen en su mayor respaldo para seguir adelante; para ella, la solidaridad familiar, al igual que el apoyo de su actual pareja, ha sido fundamental para la consolidación de su hogar; Noelia afirma que ha sido precisamente la familia y la educación que le fue inculcada desde los primeros años, la que le ha permitido seguir en su proceso en la búsqueda de mejores condiciones de vida.

Noelia con su casco blanco.

Como tantas madres separadas y solteras cabezas de familia del barrio, Noelia cuenta que el papel de la mujer madre es fundamental en el desarrollo del territorio, puesto que es en la familia donde se cimentan los valores en los hijos que los sostienen como personas en el futuro. Así, el papel de la mujer en el barrio es sumamente importante, puesto que son precisamente las mujeres quienes participan más participan de las actividades organizadas por la comunidad barrial. En el caso específico de las actividades convocadas por HPHA, Noelia expresa que: “Acá se nota mucho la potencia de la mujer; creo que mucho de lo que se ha logrado en parte es gracias a las madres del barrio que son las que están con los chicos, las que sufren el barrio y todas están luchando por mejorar… obviamente que el impulso siempre van a ser los hijos”.

Con respecto a la importancia de la vivienda para las familias, Noelia señala que “cuando uno piensa en formar una familia, lo primero es el techo, y cuesta mucho conseguir tu casa hoy en día. Es imposible poder comprar una casa porque todo es muy caro”. Para Noelia, HPHA fue una clara oportunidad para lograr acceder a una vivienda adecuada, de prosperar y salir adelante a partir de una propuesta como la Casa Semilla que ha comenzado a concretar a partir del evento de construcción: “He participado de charlas y talleres con HPHA y veo que van más allá del préstamo que te hacen para hacer tu casa; estaría bueno que todos los vecinos se enteraran para poder que ellos se alimenten de esa fe y de esa esperanza de poder hacer las cosas en el barrio entre todos, como bien dicen los chicos de HPHA ‘entre todos se hace mucho más’”.

“Espero tener una casa digna para mis hijos”.
Johana Rojas

Johana y Pablo son una pareja joven constituida con dos hijas. Ella, ama de casa, hija de una de las familias fundadoras del barrio 22 de Enero, vivió toda su vida en el barrio; él, trabajador en una panadería, proveniente de una de las tantas villas pertenecientes al gran Buenos Aires, vive hace pocos años con ella en casa de sus padres. Esta situación ha implicado la convivencia de once personas al interior de un reducido espacio de hogar, lo que deriva en condiciones de hacinamiento que no contribuyen al buen desarrollo familiar. A partir del involucramiento en el proyecto de HPHA, Johana y Pablo se encuentran en el proceso de construcción de su Casa Semilla, apuntando hacia el logro de su anhelada  vivienda propia.
Frente a las expectativas con respecto al proceso de construcción de la casa, Johana contó lo siguiente: “Lo que espero es tener una casa digna para darle a mis hijas, estar bien con mi familia como una familia normal, tener una vivienda propia”. Tanto Johana como Pablo recalcan la importancia de la intimidad y privacidad como familia, tener su espacio propio; esta situación es consecuencia del hacinamiento en el que viven actualmente y que, según ellos, no les permite adaptarse y expresarse como familia, lo que deriva en situaciones de disgusto y caos.

Johana.

Para Johana, una vivienda adecuada se caracteriza por dotarlos de un espacio para estar en familia, para que sus hijas puedan jugar y desarrollarse libremente. Para ella, el desarrollo familiar es fundamental y el hecho de tener vivienda propia se convierte en una necesidad urgente: “Ahí empieza todo lo que es la educación, el manejo con tus hijos, o sea el enseñarles buenas costumbres… todo empieza en tu casa, de tu propia vivienda; para mí es importante por tener privacidad como mamá con mis hijas, que ellas sepan que yo soy la mamá y que yo les de los modales”. Para Pablo, la convivencia en condiciones de hacinamiento implica muchas incomodidades, al punto que dice preferir permanecer por fuera de casa. En el caso de Johana, ella manifiesta que no tiene intimidad y que aunque existe un respaldo colectivo en la manutención del hogar que a veces es positivo, persiste el problema por el espacio y la interferencia de su figura como autoridad materna sobre sus hijas. En este sentido, vale la pena señalar que Johana, además de vivir con su esposo y sus dos hijas, vive con sus hermanos, su madre y su padre bajo el mismo techo.
Ambos opinan que el trabajo realizado por HPHA es muy valioso, ya que representa un gesto de desinteresada solidaridad con quienes lo necesitan. Pablo dice al respecto lo siguiente: “Eso no lo olvidás nunca; yo no los conozco, no tengo palabras para decir, es que están ahí, ¡ayudándonos! Yo siempre me hice yo, yo solo, a mí nadie me dio nada… te quedás impactado…”. Para Johana, el trabajo que los voluntarios de HPHA desempeñan en la construcción de sus casas semilla es un ejemplo de generosidad: “Me demuestran la solidaridad que tienen con la gente, ¡que todo se puede! son gente que no nos conoce pero que están doblando fierros para que nosotros podamos tener nuestra casa y eso es como un sentimiento de emoción que te agarra porque nunca nadie te dio nada, nadie vino a decirme si necesitaba una casa y HPHA me dio una oportunidad…”.
El trabajo de HPHA, se establece en un punto de referencia para otras familias que quieren sacar adelante su proyecto de vivienda adecuada; esto, representa sin duda una contribución importante para la vida de estos habitantes urbanos y su proceso de arraigo e identificación con la ciudad que muchas veces tiende a invisibilizarlos y mantenerlos al margen. Johana expresa de manera sentida lo siguiente: “Yo nací acá, para mí este es mi mundo, para mi es todo este barrio, es como quien dice la cuna de uno. La ciudad es como lo más alto, la cabeza y nosotros somos los deditos del pie, somos lo que nadie quiere ver”.
   
“Una vivienda propia es el lugar donde tus hijos pueden estar parados en el momento que uno no esté más”.
Sonia  Díaz

Carlos y Sonia son una pareja de esposos, que conviven hace catorce años, y la mitad los han compartido viviendo en el barrio Un Techo para Todos. Carlos trabaja en el sector de la construcción y Sonia es ama de casa; actualmente tienen tres hijos de  siete, ocho y once años respectivamente.
Para Carlos, la ciudad es un espacio donde se las “rebusca”, por lo cual, él dice que aunque algunas cosas como la inseguridad, no son fáciles de manejar en el barrio, procura asumir su vida dentro de él con optimismo – “Desde que uno llega a un barrio siempre piensa lo bueno, estar en este lugar es lindo por sobre todas las cosas…” -dice. Por su parte, Sonia expresa su satisfacción al poder contar con su propia vivienda que, aunque humilde, es un lugar donde pueden estar juntos. Pero también opina que los inconvenientes de vivir en el sector son principalmente el barro en épocas de lluvias y el peligro de salir en horas de la noche – “Lo malo es que el municipio no quiere reconocer este barrio, siempre dicen que es un asentamiento y por eso no llegan mejoras” – cuenta ella.

Sonia con su casco azul.

Ellos conocieron sobre HPHA de la Fundación Concordia, otra organización comunitaria que tiene presencia en el sector. Carlos, al respecto de la labor colaborativa de dicha organización expresa su agradecimiento, teniendo en cuenta que no se trata de una ayuda con expectativas de lucro económico como en el caso de un banco, sino tendiente a fortalecer procesos comunitarios para construir espacios de vida dignos.
El trabajo que HPHA desempeña dentro de estos barrios es, para Sonia y Carlos, un aporte fundamental, puesto que la gente de escasos recursos económicos cuenta ahora con el respaldo y la posibilidad de construir también su casa donde puedan tener “cada uno su espacio donde no molestar a los demás, o donde los chicos puedan realizar las labores de la escuela”, dice Sonia, a lo que Carlos agrega que además “es un lugar donde tus hijos pueden estar parados en algún momento si uno no está más”.

Por muchos años más


Hábitat para la Humanidad Argentina (HPHA) cumplió diez años facilitando procesos de mejora de la situación habitacional de muchas familias de nuestro país, y durante octubre se realizaron dos actividades significativas. Por un lado, del 1 al 13, se realizó la segunda edición del evento de construcción “Semillas de Esperanza” en barrios de Ciudad Evita, La Matanza. Y luego, el jueves 25, se llevó a cabo un brindis como celebración del cumpleaños. En ambas actividades se contó con la presencia y colaboración tanto de miembros y ex miembros de HPHA, así como de voluntarios de distintas empresas, donantes y familias propietarias. 
  
Evento de Construcción Semillas de Esperanza

Desde tempranas horas de la mañana, en los barrios Un Techo para Todos y 22 de Enero, la carpa de HPHA se llenaba de voluntarios y voluntarias de cada una de las empresas que fueron parte de este evento de construcción que, gracias al financiamiento de Telefe, Mercedes-Benz automotriz y financiera y CISCO, beneficia a tres familias con la oportunidad de construir su Casa Semilla.

Los voluntarios de las empresas aportantes CISCO, Ford Argentina, Whirlpool Argentina y Mercedes-Benz crearon un espacio esperanzador, donde la solidaridad es el lazo que hermana.  De hecho para muchos de ellos, no era la primera vez que acudían a este llamado solidario, habían asistido ya a la edición pasada de este evento y querían vivir nuevamente esta hermosa experiencia.

A su llegada, los voluntarios recibían una remera, casco, guantes, y escuchaban atentos la charla introductoria sobre las tareas de construcción y la seguridad de la obra. Luego se dividían en tres grupos para cada una de las Casa Semilla. Al mediodía, se frenaban las tareas de construcción y, voluntarios y familias, compartían el almuerzo intercambiando experiencias. Por la tarde, al finalizar las jornadas, se hacía un cierre y una evaluación de la actividad diaria y la entrega de certificados a cada uno de los voluntarios y voluntarias en reconocimiento de su fe en acción.




 Así fueron las jornadas, durante dos semanas; estos barrios aledaños a Ciudad Evita se vistieron de azul, verde y blanco; se llenaron de cascos, herramientas y manos cargadas de esperanza y la ilusión de cumplir el sueño de las familias: una vivienda adecuada. En total, fueron siete las jornadas de acción en construcción. Voluntarios de las empresas mencionadas trabajaron durante seis días consecutivos y, el séptimo día, se realizó una brigada especial compuesta por voluntarios, empleados y directivos de HPHA; en este espacio, además de realizar labores de construcción en compañía de las familias beneficiarias del proyecto, se contó con la presencia de Mariano Peluffo, conductor y productor de televisión, quien recorrió las obras de las casas semilla y compartió con los chicos del barrio una actividad artística donde ellos expresaron a través del dibujo sus sueños y expectativas con respecto a la vivienda. Al finalizar la jornada, gracias al apoyo de  Danone y Galletitas Cilo, todos los presentes compartieron una merienda.


  
Participaron más de 150 los voluntarios y voluntarias y, junto con los miembros de las familias beneficiarias, realizaron tareas en la construcción durante más de 1.200 horas. Toda esa voluntad puesta en acción logró avanzar con la primera etapa de construcción de cada Casa Semilla, llegando incluso a levantar paredes, y también a cumplir con parte de la segunda etapa de construcción, correspondiente a los refuerzos, columnas y mampostería. Esto significa que, en apenas dos semanas, se avanzó lo que las familias hubieran tardado en realizar en más de dos meses de trabajo.


El evento se realizó con el apoyo de los auspiciantes Balanz Capital  y Alicia González de Magnus Viajes y Turismo  y las colaboraciones de BASANI y Staples Argentina.

Creemos que por medio de la fe y la esperanza, lo pequeño se puede multiplicar.


Brindis 10° Aniversario

Y al final llegó el día. Luego de meses de preparación, el último jueves de octubre HPHA celebró sus diez años con un brindis en el salón de la histórica Catedral Anglicana, ubicada en el microcentro de la Ciudad de Buenos Aires, al cual asistieron más de ochenta personas entre donantes, voluntarios, empleados, miembros de Comisión Directiva, familias beneficiarias y amigos que han acompañado a la organización durante todos estos años.  Entre ellas se contó con la presencia de 3 de los 5 Presidentes que ha tenido la organización: Jackie Abadi, José Colacilli y la actual Presidenta María Cecilia Mariluz. A su vez, participaron algunas de las organizaciones asociadas: Capilla Santa Rita y María Auxiliadora, Misioneros de los Sagrados Corazones de Jesús y María, Escuela Latinoamericana de Coaching, Marval O’Farrell y Mairal, Asociación Civil De la Nada, Fundación Sagrada Familia, Fundación FlechaBus y la Catedral Anglicana.


Los del Camino
Esta celebración, que fue auspiciada del Banco Ciudad de Buenos Aires, SECURITAS Seguros, y Establecimiento Peñaflor, además de las colaboraciones de Carolina Mariotti y Oscar Klink, estuvo cargada de recuerdos y agradecimientos por el trabajo compartido. Contó con la música de un grupo folklórico cristiano que viene colaborando con HPHA hace muchos años: Los del Camino. La bendición del arcediano David George dio apertura formal al encuentro que contó con la presencia de diez personas representativas de los diez años de HPHA:

Patricia Caviezel: la única voluntaria que ha estado activa desde la fundación hasta el día de hoy como miembro de Comisión Directiva.

Mario Uviedo: Familia beneficiaria del proyecto “Reconstruyendo Santa Fe”  después de las inundaciones del 2003, y quien ha pagado en tiempo y forma cada mes de los últimos 8 años.

José Colacilli: Presidente durante 7 de los diez años de la organización.

Mercedes Mendoza de Vargas: Familia beneficiara del proyecto “Tierras” en Santa Fe, y representante del grupo de familias que hoy conforman una mesa de trabajo autogestionada y voluntaria para mejoras del barrio.

Lorna Álvarez: Miembro de la congregación de la Catedral Anglicana y responsable de juntar donaciones pequeñas que a la fecha, en diez años, suman casi setenta mil pesos.

Daniel Neyra: Primera familia beneficiaria del proyecto Alquileres Tutelados.

René Rodríguez: Familia beneficiaria del proyecto Mejoras Progresivas de Luján quien también ha pagado en tiempo y forma su préstamo.

Cristian Emery: Proveedor de servicios informáticos a la Oficina Nacional, quien como aporte a la misión, ha sostenido sus honorarios durante los últimos tres años a pesar de la inflación.

Rita Jiménez: Familia beneficiaria del proyecto Mejoras Progresivas de La Matanza, y participante del grupo de familias voluntarias que trabajan para mejorar el barrio

Pedro Gadze: representando a todos los voluntarios que han pasado por la organización en estos diez años.

José Colacilli

Patricia Caviezel
Sin duda el momento más emotivo de la noche fue la presentación de Norma Niz, familia de la localidad de Open Door, provincia de Buenos Aires, que celebraba ese día la cancelación de su préstamo recibido en 2003. A penas comenzó a leer la carta que había preparado se quebró y continuó ayudada por uno de los maestros de ceremonia. Era mucha la emoción contenida generada por el recuerdo de su primer encuentro con HPHA. “¿Cómo olvidar aquella tarde de febrero cuando una de mis hijas: ‘Mami vi un cartelito que dice que una asociación llamada Hábitat para la Humanidad ayuda a hacer sus casas a familias que más lo necesita’; en ese momento la esperanza y la ilusión se apoderaron de mi corazón”, fueron las primeras palabras de una carta que supo expresar un profundo agradecimiento de parte de Norma y su familia a todas las personas de la organización que la acompañaron para tener hoy su propia vivienda.

Norma Niz.
Luego de las palabras de agradecimiento a Dios y a los colaboradores de la organización de la presidenta, Cecilia Mariluz, tomó la palabra la directora ejecutiva Ana Cutts. Comenzó su discurso con una frase de un poeta inglés: “Todos estamos en la zanja, pero algunos miramos las estrellas”, aludiendo a la idea de que quienes han compartido los diez años de HPHA son personas capaces de mirar las estrellas  y de estar convencidos de que los sueños se pueden alcanzar.




Promediando la velada, se soplaron las velas y se compartió una exquisita torta, además del brindis como broche final, en el que no faltó el deseo de todos que HPHA cumpla muchos años más.