Las Brigadas, grupos de voluntarios que trabajan junto a
familias en la construcción de sus casas, son una ayuda fundamental para las
familias que participan del proyecto
Desarrollo de Barrios. Los voluntarios, tanto de empresas como los del programa
Aldea Global que vienen de otros países, no sólo realizan un aporte sustantivo
al proceso de autoconstrucción de las familias, porque posibilitan un ahorro
económico en mano de obra y aceleran los tiempos de construcción, sino que
además agregan valor al proyecto
ayudando a tender puentes entre
diferentes realidades y a construir esperanza en las vidas de éstas familias y
de sus comunidades.
La experiencia de las Brigadas Corporativas en una jornada
de construcción, genera en el voluntario un crecimiento personal y una motivación que transforma la mirada sobre sus propias
labores y renueva el orgullo de ser parte de una empresa que deja huellas positivas en la
sociedad. En el caso de las Brigadas de Aldea Global, los voluntarios vienen de
países lejanos buscando contribuir con
la misión de HPHA, ofreciendo diez días de su vida y sus recursos para cubrir
absolutamente todos sus gastos y dejar una generosa donación.
Esta actividad, en donde los voluntarios experimentan la
alegría de dar, de recibir, y también de trabajar, es una acción que resulta
tan transformadora para ellos, como para las familias. Entre todos se da un
profundo intercambio cultural, en el cual se celebran las diferencias y
similitudes, y también se genera un vínculo que trasciende fronteras e idiomas.
Marcelo Muñoz, voluntario de la empresa CISCO, cuenta que
para él es muy satisfactorio ayudar de forma directa a una familia que se
involucra junto a los voluntarios en las diferentes tareas de construcción. En
el tiempo que dura la acción de la brigada, expresa Marcelo, “se establece un vínculo único y emocionante
con la familia. El día parece no alcanzar y uno se va con las ganas de volver
para terminar el trabajo y que la familia comience a vivir en una vivienda
adecuada”.
Izquierda: Marcelo Muñoz preparando los cimientos. |
Por su parte, Pablo y Johana, miembros de una de las familias beneficiarias del evento de construcción Semillas de Esperanza”, manifiestan lo que se vive desde el otro lado: “Esto no lo olvidás nunca; yo no conozco a estos voluntarios y sin embargo estuvieron aquí ayudándonos”, dice Pablo, y Johana concluye: “Me demuestran la solidaridad que tienen con la gente, ¡que todo se puede! son gente que no nos conoce pero que están doblando fierros para que nosotros podamos tener nuestra casa y eso es como un sentimiento de emoción que te agarra porque nunca nadie te dio nada, nadie vino a decirme si necesitaba una casa y ellos por medio de HPHA me dieron una oportunidad”.
Derecha: Johana recorriendo la obra de su Casa Semilla. |
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