3 de septiembre de 2012

Compartir alternativas creativas

A mediados de marzo, el proyecto de Comunidades Remotas de Hábitat para la Humanidad Argentina (HPHA) realizó una misión al pueblo de Río Chico, una comunidad de 350 habitantes, mayoritariamente Mapuches, ubicada al sur de la provincia de Río Negro. El equipo de voluntarios que llevó adelante la misión, realizó reparaciones menores en 20 viviendas.

La misión Río Chico tuvo como objetivo “constatar el relevamiento previo, hecho por la Comisión de Fomento del lugar, para intervenir a través de reparaciones menores”, explicó la líder del proyecto, Carolina Mansur (hoy ex integrante de HPHA). Con la idea de cumplir el objetivo, se convocó a un equipo de cuatro voluntarios: Marcela Baigros (Líder), Cecilia Muscatelo (Arquitecta), Santiago Capurro (Maestro Mayor de Obra) y Susana Ryder (Social).

Voluntarios en plena acción.

Al cabo de una semana, el equipo alcanzó a trabajar en 20 viviendas, realizando diferentes reparaciones menores. Por un lado, se trabajó en el sellado y la colocación de mosquiteros para reducir el ingreso de moscas, y por otro en el colocado de burletes armados con diarios, revistas y cinta duct-tape, para disminuir el ingreso de las cenizas por el viento. Sucede que, al verse afectados por las cenizas del volcán Puyehue, los habitantes de Río Chico comenzaron a guardar ciertos alimentos, como la carne, dentro de la casa. Esto atrae a las moscas y, a la vez, impide que puedan fumigar ya que el alimento está expuesto. “Esa fue la razón por la que se decidió hacer ese tipo de reparación y no otro”, destacó Mansur, que estuvo en contacto en todo momento con el equipo de voluntarios que se encontraba en la localidad patagónica.

La colocación de mosquiteros fue una
de las intervenciones realizadas.

A la hora de hablar de la comunidad con la que compartieron diez días, Marcela contó que había mucha necesidad material y que “a veces” sentían que el aporte y la participación eran muy escasos. Sin embargo, en un equipo cada uno pon su don en común. Con una compañera como Susan, explicó, es difícil perder las esperanzas. Desde su mirada positiva, Susan compartía frases como "lo que estamos haciendo acá es mostrándoles que con pocos recursos y mucha creatividad, ellos pueden cambiar su vida", y así renovaba las energías de todos para seguir trabajando.

Marcela, Santiago, Susan y Cecilia, junto
a una familias de Río Chico.

Finalmente, Marcela concluyó que el viaje fue enriquecedor tanto para el equipo, como “para los riochiquenses con quienes compartimos alternativas creativas para paliar sus necesidades de vivienda”.

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