El sábado 30 de Octubre pasado, se realizó la Asamblea Anual de Hábitat para la Humanidad de Argentina. Tuve la posibilidad y la satisfacción, de participar por primera vez como miembro de la misma, lo cual despierta varios desafíos.
En principio, fue sumamente gratificante integrar un grupo de personas que comparten un proyecto y sentimientos profundos de solidaridad, fe y esperanza, en este mundo complejo e individualista.
Fue una jornada de trabajo intenso, compartiendo experiencias, evaluando y proyectando acciones conjuntas para el futuro. Esto es, trabajando con otros, personas con inquietudes similares y con la energía puesta en proyectos que avanzan, para que la gente que realmente necesita y espera ayuda, pueda ver los resultados lo antes posible.
La experiencia del voluntariado es difícil de transmitir, es totalmente vivencial y única, pero si miramos a alrededor, me encuentro con una enorme cantidad de gente, cada vez más, que se involucra con esta realidad de maneras diferentes, pero con objetivos similares, cada uno desde su lugar y ocupando espacios distintos.
La participación genera, sin duda, un gran compromiso, y es ésta, para mí, la palabra clave que deberemos tener en cuenta.
A mi juicio, deberíamos comenzar a utilizar la estrategia de las hormigas y las arañas: en las primeras prevalece el número, su constancia, y la acción coordinada; las segundas, son capaces de tejer increíbles redes de protección y supervivencia.
Hace pocos días, escuché unas palabras que sin duda deberíamos tener en cuenta a lo largo de nuestras vidas: “Si no yo, quién; sino ahora, cuándo?”
Maria Cecilia Mariluz
Voluntaria de la Sub-Comisión Nacional de Educación y Apoyo Técnico
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